Quedan unas pocas horas para cerrar la campaña electoral. Rajoy, Rubalcaba, Rosa Díez, Cayo Lara… estarán en estos instantes preparando sus actuaciones para clausurar este periodo político en una gran fiesta, aunque no tengamos que celebrar muchas cosas, salvo el adiós de Zapatero y cuatro cosas más.
Ya se ha pasado el tiempo de las encuestas para dar paso al voto, donde los ciudadanos ejercen su derecho democrático para elegir el futuro de este país. No valen las suposiciones, las creencias o las meditaciones, es la hora de votar. Seguro que en el PSOE no quieren que llegue este momento incierto para ellos, pero no creo que la diferencia entre los dos grandes partidos de España sea tan grande como pronostican los medios de comunicación.
Esta campaña electoral, sin duda, ha sido la más triste y desoladora por varios motivos. Primero, nunca en la historia de la democracia el partido de la oposición parte de una ventaja tan abrumadora como vaticinan las encuestas. Segundo, la situación que estamos padeciendo es de extrema gravedad. Tercero, nunca un presidente del gobierno deja la Moncloa haciendo tanto daño, tanto a este país como a su propio partido. Cuarto, es tan delicado los momentos que estamos viviendo que no toca celebrar nada. Prueba de ello lo reflejan los últimos movimientos de Rajoy, contactando con la futura oposición para llevar lo mejor posible el hipotético gobierno.
Pero en estas elecciones no solo se la juega España, sino también el PSOE. Viendo un reportaje de otras campañas electorales, uno llega a la conclusión de, en que manos ha ido a parar el socialismo. No me extrañaría ni gota que si el PSOE obtiene un resultado desastroso, todo el movimiento “zapateril” se vaya al garete, como Elena Valencia, José Blanco, Bibiana Aido, Leire Pajín… Es difícil ver a tonto idiota junto. Permitirme la expresión, pero no tienen otro nombre. ¿No hay en el PSOE gente más cualificada para estar en primera fila y dejar a esta panda de inútiles en el montón, donde no se les vea mucho? Y luego, salen siempre sonriendo, como si sus actos fueran méritos de sacar pecho. El problema de los socialistas es que han prescindido del elemento intelectual usando a “bobos solemnes” (definición que utilizó Rajoy para Zapatero en la primera legislatura de éste). Pero la limpia en Ferraz es más que probable.
A parte del socialismo, quien se la juega de verdad, es España. Uno de los graves problemas que ha tenido el gobierno de Zapatero a lo largo de su última legislatura es la falta de credibilidad. Tanto que, hasta en su propio partido, lo han escondido. Por eso el cambio es fundamental. Está muy claro que Rajoy no ha salido de la colección literaria de Harry Potter, no posee una barita mágica donde transforme la realidad de inmediato y a su antojo, pero es transcendental que el PP consiga una mayoría absoluta el próximo 20 de noviembre. Y para ello debe de contar con un número de votos elevado.
No es suficiente una mayoría absoluta de los populares. La oposición, independientemente de los escaños, debe de ayudar en lo máximo posible, sin bajarse los pantalones. Para empezar, si la izquierda le importa de verdad este país, debe de facilitar las cosas para constituir lo antes posible, y dentro de la ley, el nuevo gobierno. No debe entorpecer malgastando más el tiempo en un ataque de soberbia, como la de Blanco este medio día.
Otra de los aspectos que deben trabajar gobierno y oposición juntos es en los famosos recortes. Veo lógico que Rubalcaba haya estado toda la campaña electoral advirtiendo de que viene la extrema derecha, quitándonos la sanidad, educación… Estamos en campaña electoral y el partido que sale como claro perdedor debe de arriesgar más para llamar a los suyos. Pero esto dura hasta hoy. A partir de mañana, tanto PP y PSOE, y si quieren, más partidos, mejor, deben de mentalizar a la población que el estado del bienestar se va a ver perjudicado porque no hay dinero. Así de claro y sencillo. A mi padre le han bajado el sueldo por ser maestro y no he salido a la calle. La ciudadanía debe de pedir cuentas al gobierno, pero debemos de razonar y entender que la situación es muy grave, y los recortes son necesarios, si no queremos ir a peor.
Los futuros recortes, veremos cuáles son, deben de ir acompañados de otros gestos hacia la clase política. Es normal que en Barcelona los sanitarios salgan a la calle para protestar por el corte de grifo de dinero público mientras la Generalitat sigue derrochando millones en euros en embajadas catalanas por todo el mundo o en doblar películas en la lengua autónomas. El nuevo gobierno debe de estudiar al máximo donde se puede modificar las cantidades de dinero público y tomar como prioridad lo que más preocupa y más necesitan los españoles.
El PP, con Rajoy a la cabeza, si al final gana el próximo domingo, le espera un duro y gran trabajo por hacer. Podrá tener menos dificultad si la ciudadanía y el resto de los partidos políticos actúan de cara a España, pero las cosas se podrán poner muy cuesta arriba si solo se preocupan en arañar egoístamente un puñado de votos. Por todo esto, ahora solo toca reflexionar un rato, pensar en todo lo que hemos y estamos pasando, para tomar la mejor decisión el 20N. Ahora más que nunca se debe de votar la mejor opción posible porque nuestro futuro está en juego. Es la hora del cambio.